Seguramente habrá oído que los niños son más capaces de aprender un idioma que los adultos, ya que a esta edad su región cerebral de aprendizaje de la lengua materna es mucho más receptiva, lo que facilita que los niños imiten sonidos y capten nuevos idiomas.
Encontrar como padres las mejores alternativas para el crecimiento de nuestros hijos es una preocupación muy razonable, y optar por una educación bilingüe es sin duda la mejor elección. La adquisición temprana de idiomas ayudará a sus hijos de las siguientes maneras:
1. Es más sencillo: Los niños crean más conexiones neuronales en sus primeros años. Como el cerebro del niño aún se está desarrollando en ese momento, tiene un mayor potencial para absorber e integrar información rápidamente y se comporta como una esponja. El momento óptimo para exponer a sus hijos a estímulos lingüísticos es mientras son pequeños.
2. Favorece la salud mental: Como ya hemos dicho, el desarrollo del cerebro empieza pronto. Aprender un segundo idioma puede ayudar a los niños a concentrarse mejor, a ser más ágiles a la hora de resolver problemas, a relacionar ideas con mayor claridad y a tener mejor atención y memoria.
3. Se amplían los horizontes de los niños: Al aprender un idioma, los niños pueden tener una mayor comprensión de las culturas de otras personas y ver el mundo desde nuevas perspectivas. Podrán desarrollar más empatía, tolerancia e interés por la inclusión social con una educación bilingüe.
4. Mayor empleabilidad: Es posible que sus hijos actualmente no sepan exactamente qué quieren lograr con sus vidas. Sin embargo, tendrán más posibilidades de ser contratados si dominan el inglés.
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Los alumnos se benefician de un alto nivel de competencia lingüística que les permite estudiar y desenvolverse eficazmente en un segundo idioma desde preescolar hasta bachillerato. Una vez finalizados sus estudios, los alumnos demuestran que tienen un gran dominio del idioma al obtener una puntuación de nivel C1 en los exámenes estandarizados, el cual es un nivel avanzado. En este nivel, son capaces de:
- Reconocer el significado latente en una variedad de textos extensos y desafiantes.
- Utilizar conceptos y relaciones complejas para expresar sus pensamientos con precisión, elocuencia y espontaneidad.
- Emplear el lenguaje en situaciones sociales, académicas y profesionales con flexibilidad y eficacia, comprendiendo y expresando ideas.
- Redactar escritos concisos, profundos y bien organizados, utilizando la sintaxis, el vocabulario y las conexiones adecuadas para transmitir ideas difíciles.